3ª Evaluación
lunes, 28 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
Act. 15 . 3
3.- Analiza las siguientes oraciones, localizando la PP la PS ,(subraya la proposición princiopal y la subordinada, subraya verbos, subraya enlace). Indica la función sintáctica determinada dentro de la oración subordinada adjetiva (Sujeto, CD, CI, CC)
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Actividades 15
1.Analiza las siguientes oraciones subordinadas adjetivas. Especifica la la oración principal y la subordinada, subraya los verbos y redondea el enlace.
a) Han encontrado al niño que | se había extraviado
b) Un maletín que | sea grande es adecuado para un equipo de fotografías
c) Una televisión que | cueste mucho no siempre es buena
d) No conozco al vecino que | llega
e) El concierto que | está programado comenzará a las seis
f) Los árboles que | son un poco pequeños, ocupan todo el jardín.
g) La ciudad que | está al noroeste, tiene un millón de habitantes.
h) Los jugadores que | han participado recibirán un trofeo
jueves, 3 de marzo de 2011
Actividad 14.6
Juan Ramón Jiménez
1. Realiza una pequeña biografía de autor, con sus obras principales
(Moguer, 1881 - San Juan de Puerto Rico, 1958) Poeta español. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía a la vez emotiva e intelectualista. Tras cursar el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Puerto de Santa María (Cádiz), ingresó en la universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para seguir su vocación artística.Aunque inicialmente quiso ser pintor, pronto se orientó hacia la poesía, animado por la lectura de Rubén Darío y de los escritores románticos. Sus primeras colaboraciones en la revista madrileña Vida Nueva fueron acogidas con entusiasmo por los modernistas, por lo que decidió trasladarse a Madrid en 1900 y publicar ese mismo año sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, títulos que le fueron sugeridos por Ramón del Valle-Inclán y Rubén Darío.
OBRAS:
- Poemas de linaje popular
- Verde Juan Ramón, Lorca verde
- De señorito a señor.
3. A continuación te presento dos artículos recientes de prensa. Tras su lectura emite una opinión de cada artículo. Responde tb. a la sig. pregunta. ¿Sigue vigente el autor?
Sí, Juan Ramón Jiménez sigue vigente, por que la prensa (escrita y de internet) siguen poblicando artículos de él.
miércoles, 2 de marzo de 2011
Actividades 14
4. ANTONIO MACHADO:
BIOGRAFÍA de Antonio Machado
BIOGRAFÍA de Antonio Machado
Antonio Machado nace en 1875 en Sevilla, en el Palacio de las Dueñas, en una familia culta y liberal (su abuelo era krausista y su padre un notable folclorista). Se traslada a Madrid a los ocho años donde estudia en el Instituto Escuela. No logró acabar los estudios hasta muy tarde. Vivió una juventud bohemia a la sombra de su hermano Manuel, más conocido, simpático y sociable, e hizo varios viajes a París, a veces con becas de la Institución Libre de Enseñanza.
Tras la muerte de su abuelo y de su padre, vive una época de dificultades económicas y va como profesor de francés al instituto de Soria, en 1907. Allí se enamora de la joven hija de los dueños de la pensión y, en 1909, se casan Antonio Machado, de 34 años, y Leonor Izquierdo, de 16. Al poco tiempo se manifiesta la enfermedad de Leonor, que la llevará a la muerte el verano de 1912.
Machado se va a Baeza (Jaén), pero no le inspira el paisaje y detesta, además, el señoritismo de la sociedad andaluza. En la poesía y en las cartas de esa época, muestra una evolución política: desde una postura reformista liberal, de tono krausista, pasa a un populismo más radical.
Más tarde se traslada a Segovia y a Madrid. Durante la República y la guerra, Antonio Machado es un poeta con gran prestigio y manifiesta su apoyo incondicional a la República. Al final de la guerra, huye con los numerosos refugiados republicanos y muere en el exilio, en Collioure, a los pocos días de pasar la frontera francesa. En esos últimos años Machado vivió un nuevo amor con la poetisa Pilar Valderrama, mujer casada, a la que en su poesía llamará Guiomar.
2. Describe la Castilla que retrata. Para ello lee el poema Campos de Castilla. (Ver pág. 163)
Machado pone una realidad de Castilla, que es Soria sus gentes y su paisaje. Pero la interpreta y la juzga, es decir, la sienta. Y la siente como poeta y como intelectual que desea una España u un mundo mejor.
1.2. SOLEDADES (1903) 2. Describe la Castilla que retrata. Para ello lee el poema Campos de Castilla. (Ver pág. 163)
Machado pone una realidad de Castilla, que es Soria sus gentes y su paisaje. Pero la interpreta y la juzga, es decir, la sienta. Y la siente como poeta y como intelectual que desea una España u un mundo mejor.
3 Especifica su obra
A primeros de agosto de 1902, Antonio Machado regresa a Madrid; y, a finales de enero de 1903, aparece la
primera edición de Soledades. Se trata tan sólo de una breve recopilación, pero inaugura, sin saberlo su autor, una gran carrera literaria.
primera edición de Soledades. Se trata tan sólo de una breve recopilación, pero inaugura, sin saberlo su autor, una gran carrera literaria.
Colabora por entonces en la gran revista
modernista “Helios”, dirigida por Juan Ramón Jiménez, así como en “Alma Española”, “La Revista Ibérica”, “El País” y “La República de las Letras”.
modernista “Helios”, dirigida por Juan Ramón Jiménez, así como en “Alma Española”, “La Revista Ibérica”, “El País” y “La República de las Letras”.
Es en “La Revista Ibérica” donde publica sus Soledades. Sobre este su primer libro escribiría en 1917:
Las composiciones de este primer libro, publicado en enero de 1903, fueron escritas entre 1899 y 1902. Por aquellos años, Rubén Darío, combatido hasta el escarnio por la crítica al uso, era el ídolo de una selecta minoría. Yo también admiraba […] al maestro de la forma y de la sensación, que más tarde nos reveló la hondura de su alma. […] Pero yo pretendí […] seguir camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo. Y aun pensaba que el hombre puede sorprender algunas palabras de un íntimo diálogo, distinguiendo la voz viva de los ecos inertes; que puede también, mirando hacia dentro, vislumbrar las ideas cordiales, los universales del sentimiento.
Federico García Lorca a los 18 años
Las composiciones de este primer libro, publicado en enero de 1903, fueron escritas entre 1899 y 1902. Por aquellos años, Rubén Darío, combatido hasta el escarnio por la crítica al uso, era el ídolo de una selecta minoría. Yo también admiraba […] al maestro de la forma y de la sensación, que más tarde nos reveló la hondura de su alma. […] Pero yo pretendí […] seguir camino bien distinto. Pensaba yo que el elemento poético no era la palabra por su valor fónico, ni el color, ni la línea, ni un complejo de sensaciones, sino una honda palpitación del espíritu; lo que pone el alma, si es que algo pone, o lo que dice, si es que algo dice, con voz propia, en respuesta animada al contacto del mundo. Y aun pensaba que el hombre puede sorprender algunas palabras de un íntimo diálogo, distinguiendo la voz viva de los ecos inertes; que puede también, mirando hacia dentro, vislumbrar las ideas cordiales, los universales del sentimiento.
5. FEDERICO GARCÍA LORCA
1. Busca una biografía de FEDERICO GARCÍA LORCA, y pégala en tu blog.(Fuente Vaqueros, España, 1898 - Víznar, id., 1936) Poeta y dramaturgo español. Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.
Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En la universidad hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y lo popular.

A partir de 1919, se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Machado, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. En este ambiente, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo, y empezó a interesarse por el teatro. Sin embargo, su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso.
En 1921 publicó su primera obra en verso, Libro de poemas, con la cual, a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones y, sobre todo, con las aplaudidas y continuadas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.
Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folclore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), un libro ya más unitario y madurado, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano (1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Formalmente, Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.
Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, ciudad en la que residió como becario durante el curso 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se materializaron en Poeta en Nueva York (publicada póstumamente en 1940), un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca.
De nuevo en España, en 1932 Federico García Lorca fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro universitario que se proponía llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Su interés por el teatro, tanto en su vertiente creativa como de difusión, responde a una progresiva evolución hacia lo colectivo y un afán por llegar de la forma más directa posible al pueblo. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arabigoandaluza, y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista.

Las últimas obras de Federico García Lorca son piezas teatrales. Yerma (1934) es una verdadera tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su corifeo que dialoga con la protagonista comentando la acción. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). La huida, llena de premoniciones, en la que la propia muerte aparece como personaje, presagia un final al que se viene aludiendo desde la primera escena y en el que ambos hombres se matarán, segando así la posibilidad de continuidad de la estirpe por ambas ramas y renovando la muerte del padre del novio a manos de la familia de Leonardo. De esta manera, la pasión y la autobúsqueda concluyen con la destrucción de todo el orden establecido.
Entre toda ellas destaca La Casa de Bernarda Alba (1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su eliminación. Junto con la figura de la protagonista, destaca la serie de retratos femeninos que realiza el autor, desde la propia Bernarda hasta la vieja criada confidente de todas (La Poncia), la hermana amargada y envidiosa (Martirio) o la abuela enloquecida que se opone a la tiranía de Bernarda.
La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social».
2. Especifica su obra
Elegía a Doña Juana la Loca
Diciembre de 1918
(Granada)
A Melchor Fernández Almagro
Princesa enamorada sin ser correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
Eras una paloma con alma gigantesca
cuyo nido fue sangre del suelo castellano,
derramaste tu fuego sobre un cáliz de nieve
y al querer alentarlo tus alas se troncharon.
Soñabas que tu amor fuera como el infante
que te sigue sumiso recogiendo tu manto.
Y en vez de flores, versos y collares de perlas,
te dio la Muerte rosas marchitas en un ramo.
Tenías en el pecho la formidable aurora
de Isabel de Segura. Melibea. Tu canto,
como alondra que mira quebrarse el horizonte,
se torna de repente monótono y amargo.
Y tu grito estremece los cimientos de Burgos.
Y oprime la salmodia del coro cartujano.
Y choca con los ecos de las lentas campanas
perdiéndose en la sombra tembloroso y rasgado.
Tenías la pasión que da el cielo de España.
La pasión del puñal, de la ojera y el llanto.
¡Oh princesa divina de crepúsculo rojo,
con la rueca de hierro y de acero lo hilado!
Nunca tuviste el nido, ni el madrigal doliente,
ni el laúd juglaresco que solloza lejano.
Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata
y un eco de trompeta su acento enamorado.
Y, sin embargo, estabas para el amor formada,
hecha para el suspiro, el mimo y el desmayo,
para llorar tristeza sobre el pecho querido
deshojando una rosa de olor entre los labios.
Para mirar la luna bordada sobre el río
y sentir la nostalgia que en sí lleva el rebaño
y mirar los eternos jardines de la sombra,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
¿Tienes los ojos negros abiertos a la luz?
O se enredan serpientes a tus senos exhaustos...
¿Dónde fueron tus besos lanzados a los vientos?
¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado?
En el cofre de plomo, dentro de tu esqueleto,
tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Y Granada te guarda como santa reliquia,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
Eloisa y Julieta fueron dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
que vino de la tierra dorada de Castilla
a dormir entre nieve y ciprerales castos.
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
los cipreses, tus cirios;
la sierra, tu retablo.
Un retablo de nieve que mitigue tus ansias,
¡con el agua que pasa junto a ti! ¡La del Dauro!
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas y del jardín callado,
la de la yedra muerta sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y el arrayán romántico.
Princesa enamorada y mal correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
Diciembre de 1918
(Granada)
A Melchor Fernández Almagro
Princesa enamorada sin ser correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
Eras una paloma con alma gigantesca
cuyo nido fue sangre del suelo castellano,
derramaste tu fuego sobre un cáliz de nieve
y al querer alentarlo tus alas se troncharon.
Soñabas que tu amor fuera como el infante
que te sigue sumiso recogiendo tu manto.
Y en vez de flores, versos y collares de perlas,
te dio la Muerte rosas marchitas en un ramo.
Tenías en el pecho la formidable aurora
de Isabel de Segura. Melibea. Tu canto,
como alondra que mira quebrarse el horizonte,
se torna de repente monótono y amargo.
Y tu grito estremece los cimientos de Burgos.
Y oprime la salmodia del coro cartujano.
Y choca con los ecos de las lentas campanas
perdiéndose en la sombra tembloroso y rasgado.
Tenías la pasión que da el cielo de España.
La pasión del puñal, de la ojera y el llanto.
¡Oh princesa divina de crepúsculo rojo,
con la rueca de hierro y de acero lo hilado!
Nunca tuviste el nido, ni el madrigal doliente,
ni el laúd juglaresco que solloza lejano.
Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata
y un eco de trompeta su acento enamorado.
Y, sin embargo, estabas para el amor formada,
hecha para el suspiro, el mimo y el desmayo,
para llorar tristeza sobre el pecho querido
deshojando una rosa de olor entre los labios.
Para mirar la luna bordada sobre el río
y sentir la nostalgia que en sí lleva el rebaño
y mirar los eternos jardines de la sombra,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
¿Tienes los ojos negros abiertos a la luz?
O se enredan serpientes a tus senos exhaustos...
¿Dónde fueron tus besos lanzados a los vientos?
¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado?
En el cofre de plomo, dentro de tu esqueleto,
tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Y Granada te guarda como santa reliquia,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!
Eloisa y Julieta fueron dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
que vino de la tierra dorada de Castilla
a dormir entre nieve y ciprerales castos.
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
los cipreses, tus cirios;
la sierra, tu retablo.
Un retablo de nieve que mitigue tus ansias,
¡con el agua que pasa junto a ti! ¡La del Dauro!
Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas y del jardín callado,
la de la yedra muerta sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y el arrayán romántico.
Princesa enamorada y mal correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.
martes, 1 de marzo de 2011
Actividad 14. -1
El texto original:
El viaje definitivo (Juan Ramón Jiménez) | El vovia tijenidefi (Ejemplo) |
... Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y tocarán, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron; y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará, *nostáljico... Y yo me iré, y estaré solo, si hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... y se quedarán los pájaros cantando. | Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros y se quedarán los pájaros cantando. Cantando sin cielo azul y plácido... y se quedará mi huerto, con su verde árbol, verde, sin pozo blanco y con su pozo blanco. Y yo me iré, y estaré solo, si hogar, sin árbol. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; mi espíritu errará, nostálgico... y tocarán, como esta tarde están tocando, en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, las campanas del campanario. El pueblo se hará nuevo cada año y se morirán aquellos que me amaron. |
El texto modificado:
El viaje definitivo (Juan Ramón Jiménez) | El vovia tijenidefi (Ejemplo) |
... Y yo me voy a ir. Y se van a quedar los pájaros cantando; y se van a quedar mi huerto, con su arbol verde, y con su blanco pozo. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; y va a tocar, como esta tarde están tocando, las campanas del campanario. Se van a morir esos que me amaron; y el pueblo se va a hacer nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu será, *nostáljico... Y yo me voy, y estaré solo, si mi hogar,y sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido... y se van a quedar los pájaros cantando. | Y yo me vovan a quedar. Y se los pájaros y se van a quedar los pájaros cantando. Cantando sin el cielo azul muy plácido... y se va a quedar mi huerto, con un verde árbol, verde, sin pozo blanco y con un pozo blanco. Y yo me voy, y voy a estar solo, si hogar, sin árbol. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; mi espíritu va a estar, nostálgico... y van a tocar, como esta tarde está tocando, en un rincón de mi huerto florido y encalado, las campanas del campanario. El pueblo se va a hacer de nuevo cada año y se van a morir aquellos que me amaron. |
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